El músculo: Fibra por fibra
Si estás inmerso en el mundo del fitness como yo en algún momento de tu evolución te habrás preguntado, ¿de qué forma está compuesto mi músculo? Y por si aún no lo hicieras, es una pregunta que a continuación responderemos. En esta primera parte nos encargaremos de exponer conceptos generales que nos permitirán entender de mejor manera las funciones de cada parte de nuestro músculo esquelético.
Esta información me ha ayudado durante el tiempo que he dedicado a moldear mi físico, pues con base en ella he experimentado cambios satisfactorios, hecho por el cual considero podría ser útil para cualquier persona que esté interesada en tener cambios en su estructura corporal.
Primeramente vamos a definir qué es músculo; y resulta ser cualquier órgano del cuerpo humano con capacidad contráctil que se constituye por tejido muscular, además, este encuentra su funcionalidad y estructura mediante las fibras musculares. Ahora bien, las fibras musculares son células con figura de huso que contienen varios núcleos y cuentan con capacidad contráctil. Como se menciona anteriormente, estas son la estructura y composición del tejido muscular.
Dicho lo anterior, la cantidad de fibras musculares con las que cuenta cada músculo varía dependiendo de la función y el tamaño que tenga este; es así que la composición del músculo esquelético está basada en haces de fibras musculares, es decir, en grupos de células musculares unidas mediante una capa de tejido conectivo. Estos haces logran separarse gracias a una membrana que es conocida como perimisio (ver imagen 1.2), la cual resulta ser la membrana de tejido conjuntivo y que se encarga de envolver a los haces primarios y secundarios de fibras musculares.
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Así mismo estas fibras musculares se constituyen por miofibrillas, que no son más que la estructura que atraviesa el tejido muscular y es gracias a esta que puede haber contracción y elasticidad. En síntesis, estas miofibrillas son las que permiten la movilidad del músculo. Además, estas se componen por fibras denominadas miofilamentos que a su vez se constituyen por proteínas, mismas que resultan ser de dos tipos Miosina (miofilamentos gruesos) y Actina (miofilamentos delgados).
Al mismo tiempo las fibras musculares funcionan mediante la transmisión de estímulos nerviosos llevados a cabo por una neurona, la cual determina que las fibras musculares sean lentas o rápidas; en conjunto esto constituye una unidad motora. Así pues, en una unidad motora lenta la neurona se encarga de estimular una agrupación de entre 10 y 180 fibras musculares. En caso contrario respecto a lo que sucede con la unidad motora rápida los estímulos nerviosos derivados de la neurona oscilan entre las 300 y 800 fibras musculares.
En consecuencia, las fibras rápidas logran llegar a su máxima tensión con mayor prontitud que las fibras lentas, además de generar relativamente más fuerza, aunque no es un factor predominante, pues la diferencia que infiere de ambas no es significativa.
A causa de lo explicado anteriormente, las fibras musculares se encuentran clasificadas en 3 tipos:
- Fibras rápidas
- Fibras lentas
- Fibras intermedias
Lo dicho hasta aquí, supone un entendimiento claro de la composición del músculo esquelético, el cual es necesario para adentrarnos y entender de manera idónea todas y cada una de las clasificaciones de las fibras musculares, lo que a su vez nos permitirá aprovechar todas las capacidades que nos brindan estás.
Referencias:
- Wilmore, Jack H.; Costill, David L., Fisiología del esfuerzo y del deporte, 6ª. Ed., Edit. Paidotribo, 2004.
- Montalvo Arenas; Cesar Eduardo. Sistema Locomotor. Facultad de Medicina Departamento de Biología Celular y Tisular Biología Celular e Histología Médica, Universidad Nacional Autónoma de México, 2011.
