Isoflavonas de Soja
Las isoflavonas son un grupo de sustancias químicas vegetales flavonoides que se encuentran sobre todo en las legumbres.
Debido a que su estructura es similar al estrógeno humano y también debido a que en ciertas situaciones puede actuar como agonistas estrogénicos, las isoflavonas también se las ha denominado fitoestrógenos. Sin embargo, no son compuestos de naturaleza esteroidea, ni tienen siempre una acción estrogénica. En realidad, actúan como moduladores estrogénicos y pueden tener actividad estrogénica o antiestrogénica dependiendo de su concentración, el clima hormonal de la persona y el tipo de isoflavona.
La soja es la legumbre con mayor contenido de isoflavonas, aunque también pueden encontrarse isoflavonas en el lúpulo, el trébol rojo o el lino.
También pueden encontrarse isoflavonas en otras especies vegetales como el kudzu, los altramuces, y otras legumbres como habas, lentejas o garbanzos y en menor proporción en la espinaca o la alfalfa.
Los productos de soja como el miso también son ricos en isoflavonas.
Las principales isoflavonas se encuentran en las siguientes formas:
Glucósidos (aglicona+ glucosa) | agliconas |
genistina | genisteína |
daidzina | daidzeína |
glicitina | gliciteína |
Los niveles de isoflavonas en las legumbres suele ser de 400 mg /Kg en peso seco.
Contenido en isoflavonas de algunos productos de soja:
- Semilla de soja (60-239 mg/100g)
- Harina de soja (60-235 mg/100g)
- Proteína de soja (45-200 mg/100g)
- Leche de soja (1-31mg/100g)
- Tempeh (43-63 mg/100g)
- Tofu (10-50 mg/100g)
- Miso (20-100mg/100g)
- Aceite de soja (no contiene isoflavonas)
En general, las formas presentes en los alimentos son menos activas puesto que son formas glucosiladas. No obstante durante el proceso de cocinado y la digestión se hidrolizan dando lugar a sus formas libres (agliconas), que son fácilmente absorbidas y son capaces de ejercer su actividad biológica y sus efectos saludables en el organismo. Este proceso también se produce durante la fermentación de la soja, de esta manera se ven incrementadas las cualidades beneficiosas del alimento.
Si las isoflavonas no son hidrolizadas en el intestino delgado llegan hasta el colon donde las baterías pueden formar otros compuestos como el equol o O-desmetilangolensina (O-DMA). Esta conversión depende de la microflora de intestino y no es igual en todas las personas, de hecho mientras que el 80-90% son capaces de producir O-DMA, solo el 30-50% de las personas producen equo. Por esa razón se dice que hay personas más sensibles a la acción de las isoflavonas.
La genisteína y daidzeína también pueden generarse por acción de las enterobacterias a partir de sus precursores, biochanina A y formononetina respectivamente. Se ha descrito que la Biochanina A y la formononetina son rápida y eficazmente convertidas en genisteína y daidzeína tras la ingesta de alimentos ricos en soja.
Acción sobre el sistema cardiovascular.
Poseen la capacidad de promover la salud cardiovascular, reducen la concentración del colesterol LDL y aumentan su utilización. Además, promueven la flexibilidad de los vasos sanguíneos.
Acción sobre receptores estrogénicos.
Las isoflavonas presentan ciertas similitudes estructurales con los estrógenos (hormonas femeninas) que las permite interaccionar con los receptores estrogénicos, en particular con el receptor para el estradiol. Aunque su acción se considera débil ya que es de 100 a 10.000 veces menos potente que la hormona estradiol.
Las isoflavonas se han descrito como moduladores selectivos de los receptores estrogénicos. Esto significa que pueden presentar propiedades estrogénicas en unos tejidos, antiestrogénicas en otros tejidos o no tener ningún efecto. De este modo, parece que las isoflavonas presentan los efectos beneficiosos de los estrógenos sin tener sus efectos secundarios.
Para entender cómo se produce la acción moduladora de las isoflavonas hay que conocer que existen distintos receptores estrogénicos: α y β.
- Los receptores α se encuentran en útero, mama, ovarios, testículos e hígado.
- Los β se encuentran en tejidos como el hueso, cerebro, endotelio vascular y plaquetas.
Las isoflavonas actúan sobre todo sobre los receptores β y las diferentes isoflavonas también tienen distinta afinidad por los distintos receptores. En definitiva las isoflavonas actúan como agonistas estrogénicos en el sistema óseo, cardiovascular y sistema nervioso mientras que actúan como antiestrogénicos en el tejido mamario y genital.
El equol presenta actividad estrogénica débil pero gran capacidad antioxidante mientras que por ejemplo O-desmetilangolensina no presenta actividad estrogénica.
El efecto estrogénico de las isoflavonas también puede variar dependiendo de la concentración de la isoflavona y de los niveles de estrógenos de la persona.
Acción antiaromatasa.
Algunos tipos de flavonoides presentan capacidad de reducir la biosíntesis de estrógenos y los niveles de estrógenos plasmáticos. Estos compuestos tienen la capacidad de unirse a la enzima aromatasa evitando que los andrógenos (hormonas masculinas) se transformen en estrógenos (hormonas femeninas).
La enzima aromatasa se expresa en células del tejido adiposo, hepático o el tejido mamario. Estos tejidos son la fuente principal de estrógenos en los varones y en las mujeres una vez que se produce la menopausia. Antes de la menopausia los estrógenos se sintetizan principalmente en los ovarios pero por otra vía que no es la aromatasa.
Esta actividad antiaromatasa parece ser la clave en la protección del cáncer de mama de la soja y es utilizada en productos pro-hormonales para inhibir la conversión de la testosterona en estrógenos.
Las isoflavonas también parecen tener actividad inhibidora de la 5-α- reductasa responsable de la conversión de la testosterona en dehidrotestosterona.
Acción antioxidante.
Las isoflavonas tienen la capacidad de captar radicales libres, proteger la oxidación del colesterol y protegen la pared vascular. Incluso algunas investigaciones sugieren que aumenta la actividad de algunas enzimas antioxidantes.
Acción inhibitoria de enzimas que intervienen en la replicación celular.
Las isoflavonas poseen capacidad de inhibir las enzimas clave en la aparición y progresión de tumores.
Acciones neurológicas.
Las isoflavonas de soja parecen presentar además beneficios en la función cognitiva y el sistema nervioso, al parecer gracias a la inhibición de la recaptación de la serotonina.
Beneficios en la salud de la población en general.
Las poblaciones que tradicionalmente consumen soja menor riesgo cardiovascular, menor riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer (colon y próstata) y menor riesgo de alteraciones hormonales durante la menopausia como la osteoporosis.
Las isoflavonas tienen un efecto protector sobre el colesterol LDL y reducen la formación de placa de ateroma. Además, mejoran el perfil de lípidos sanguíneos, tienen efecto antitrombótico y son capaces de reducir la presión arterial gracias a presentar acción vasodilatadora.
El consumo de isoflavonas eleva la capacidad antioxidante del cuerpo humano y reduce el daño producido por los radicales libres. La acción de los radicales libres está relacionada con multitud de enfermedades degenerativas como Alzheimer, Parkinson, Diabetes, cáncer…
Por último las isoflavonas presentan un efecto protector en las enfermedades renales crónicas.
Beneficios específicos en la salud de la mujer.
Las isoflavonas se han considerado fitoestrógenos por su capacidad de activar los receptores estrogénicos. A pesar de no tener una estructura esteroidea, las isoflavonas tienen afinidad por los receptores estrogénicos y son capaces de ejercer una suave acción estrogénica, que aunque es menor que la del estradiol, es capaz de reducir los síntomas de asociados a la menopausia como los sofocos, la ansiedad, el insomnio o la osteoporosis.
Parece ser, que esta capacidad depende en cierta medida de la capacidad de sintetizar un derivado denominado equol, metabolito procedente de la hidrólisis bacteriana en el tubo digestivo de las isoflavonas, de aquí que haya personas respondedoras y no respondedoras al consumo de isoflavonas.
En el caso de mujeres que aún no han pasado por la menopausia las isoflavonas parecen tener el efecto contrario y las isoflavonas pueden competir por los sitios de unión de los estrógenos pudiendo reducir su actividad. Reduciendo por ejemplo, el riesgo de sufrir cáncer de mama (se ha observado que el consumo de isoflavonas en niñas parece reducir el riesgo de este tipo de cáncer).
Los suplementos de proteína de soja en mujeres post-menopaúsicas también reducen las ganancias de grasa y grasa subcutánea abdominal gracias a su contenido en isoflavonas, las cuales reducen la actividad de las enzimas implicadas en el almacenamiento de las grasas.
La genisteína parece inhibir la adipogénesis y reducir la captación de la glucosa por parte de las células grasas. También parece promover la apoptosis de las células adiposas.
Beneficios relacionados con su actividad antiaromatasa.
La capacidad antiaromatasa de las isoflavonas es utilizada en complementos dietéticos para evitar la conversión de los andrógenos en estrógenos y evitar los efectos propios de las hormonas femeninas.
Niveles elevados de estrógenos están asociados a mayor nivel de grasa corporal. Las isoflavonas parecen ser capaces de regular la oxidación de las grasas, prevenir el acúmulo de grasa y aumentar el catabolismo lipídico.
La capacidad antiaromatasa también se utiliza en tratamientos coadyuvantes de algunos tipos de cáncer para evitar la síntesis de estrógenos por esta vía metabólica.
Beneficios específicos en la salud de los hombres.
Los varones pueden también beneficiarse del consumo de isoflavonas de soja ya que parece reducir el riesgo de cáncer de próstata, ofrece protección cardiovascular y reduce los síntomas de la andropenia fisiológica. Aunque menos frecuente en hombres que en mujeres la osteoporosis afecta al 20% de los varones de más de 50 años, y las isoflavonas también ayudan en su prevención.
- Hombre: Prstata, Hormonas & Salud Sexual
- Salud & Bienestar: Diabetes
- Sistema Circulatorio: Corazn, Circulacin, Colesterol, Presin Arterial, Control del Azcar
- Sistema îseo y Articular: Huesos
- Prdida de Peso: Otros
No existe unecomendación de ingesta diaria paralas isoflavonas. La cantidad estimada de isoflavonas en la dieta de personas asiáticas es de 20-80 mg al día.
Los efectos beneficiosos de las isoflavonas se han observado con dosis a partir de 40 mg/día, siendo óptima alrededor de los 80 mg/día.
Los marcadores de riesgo cardiovascular se ven reducidos con el consumo de 60 mg de isoflavonas de soja en forma de proteína de soja.
En varones la dosis terapéutica recomendada es de unos 80 mg/día.
El estudio realizado sobre las funciones cognitivas utilizó 100 mg al día durante 3 meses.
Se aconseja tomar las isoflavonas junto con alimentos para favorecer la actividad de la flora intestinal y los efectos suelen observarse a partir de 4-10 semanas de su consumo.
El consumo de isoflavonas se considera seguro y no existe una dosis máxima establecida, ni se han observado efectos secundarios con las dosis habituales ni las cantidades proporcionadas en las dietas de origen asiático.
En general, los complementos dietéticos que continenen isoflavonas de soja tienen muy buena tolerancia. Cuando se realizan las tomas en dosis terapéuticas elevadas pueden aparecer pequeñas molestias gastrointestinales.
No se aconseja tomar isoflavonas de soja conjuntamente con Ginkgo biloba ya que se cree que puede aumentar el riesgo de sangrado.
No se han realizado estudios de seguridad en niños por lo que se recomienda no utilizar complementos dietéticos de isoflavonas de soja sin la supervisión de un profesional de la medicina.
Si se están tomando medicamentos que alteren la coagulación sanguínea o antidiabéticos puede ser necesario ajustar las dosis para evitar hemorragias o hipoglucemias. Cuando se esté tomando medicación se aconseja estar supervisado por un profesional cualificado.
Las personas con hipotiroidismo pueden precisar un ajuste de la dosis de su medicación ya que las isoflavonas reducen la absorción de la medicación.
El consumo de antibióticos puede reducir la eficacia de las isoflavonas.
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